Algunas reacciones exotérmicas requieren temperaturas inferiores a 0ºC para mejorar su rendimiento y prevenir reacciones secundarias
A menudo, las temperaturas que deben alcanzarse en las reacciones y en la velocidad de producción están sujetas a las limitaciones de los refrigerantes y de los equipos de transferencia de calor convencionales.
El uso de nitrógeno líquido o de dióxido de carbono líquido permite alcanzar, fácilmente, temperaturas de hasta -196ºC, que es el punto de ebullición del nitrógeno líquido.
Con objeto de controlar por completo la reacción, en Nippon Gases hemos desarrollado varios procesos basados en el contacto directo o indirecto del fluido criogénico con el producto a enfriar.
Cualquier fluido orgánico o inorgánico puede tratarse con los sistemas de refrigeración que hemos desarrollado, sin variar, sustancialmente, el diseño de los reactores ni sus condiciones de trabajo.
Refrigeración por contacto directo
Los métodos convencionales de refrigeración están limitados por la superficie de transferencia de calor o por la temperatura del fluido refrigerante.
Para evitar estas limitaciones, podemos introducir nitrógeno líquido o dióxido de carbono en forma de hielo seco directamente en el reactor. De este modo, se aprovechan al máximo las frigorías proporcionadas por cualquiera de estos dos productos, produciendo bajadas drásticas de temperatura, en función de la cantidad de nitrógeno o dióxido de carbono utilizado. El sistema de control de temperatura también es sencillo y eficaz. Una serie de electroválvulas permiten el paso de los fluidos de refrigeración al reactor, en función de los parámetros límite establecidos (temperatura, concentración, etc.).
Los métodos convencionales de refrigeración están limitados por la superficie de transferencia de calor o por la temperatura del fluido refrigerante.
Para evitar estas limitaciones, podemos introducir nitrógeno líquido o dióxido de carbono en forma de hielo seco directamente en el reactor. De este modo, se aprovechan al máximo las frigorías proporcionadas por cualquiera de estos dos productos, produciendo bajadas drásticas de temperatura, en función de la cantidad de nitrógeno o dióxido de carbono utilizado. El sistema de control de temperatura también es sencillo y eficaz. Una serie de electroválvulas permiten el paso de los fluidos de refrigeración al reactor, en función de los parámetros límite establecidos (temperatura, concentración, etc.).
Si el contacto directo entre el nitrógeno líquido o el hielo seco y el producto a enfriar no es aconsejable, es posible suministrar refrigeración a través de un intercambiador de calor externo.